Entre verde y gris: el impacto social de los espacios públicos
Alejandra Vera
16 de enero de 2024
Los espacios públicos se han convertido en pilares socioeconómicos de las ciudades, su polifuncionalidad les permite adaptarse a cualquier época del año.
A partir de la pandemia que empezó en 2020 se ha reconocido la importancia de los espacios abiertos como un pilar social en la interacción de las sociedades que, hasta entonces, se limitaba a recurrir a la rutina intercambiando de un espacio cerrado a otro.
Por años, la misma sociedad delimitó las funciones de los espacios públicos, ya sean estos parques o plazas, a espacios de transición y no de permanencia. La propia arquitectura y diseño de estos buscaban resolver los recorridos y no los puntos de descanso o permanencia para los usuarios motivo por el cual muchas veces los propios usuarios directos de estos espacios no se conocían o no interactúan, marcando una gran distancia social a lo “políticamente correcto”.
Entonces, ¿Cómo aprovechar estos espacios urbanos ya establecidos?
Muchos parques o plazas tienen grandes espacios muertos delimitados por césped, hormigón o adoquines que se convierten en espacios tentativos para realizar actividades sociales, culturales o comerciales, un ejemplo claro de eso son festivales que reúnen a una gran cantidad de comercios y emprendedores que buscan acaparar un nuevo mercado.
No todo se limita al comercio, también está arraigado a la época del año en la que festividades como fiestas patrias o festividades navideñas o de fin de año, en la que el núcleo más importante de la sociedad, la familia, desarrolla actividades de convivencia y darle un sentido de permanencia.
Indirectamente se incentiva a la población a realizar actividades físicas, tan simples e importantes como caminar largas distancias sin que se percate de ello, además de incentivar a la salud mental y mejorar nuestro estado de ánimo.
Naturalmente, un correcto espacio público posee mobiliario de permanencia, de desechos, baterías sanitarias y vegetación, además de un correcto uso de la arquitectura inclusiva. Con todos esos componentes, solo es necesario utilizar las herramientas correctas para atraer a los usuarios e invitarlos a recorrer un espacio que probablemente ya conocían, pero en esas épocas del año suelen ser llamativas sobre todo para los niños.
En diciembre, las decoraciones navideñas iluminan cada rincón de las ciudades dándole un brillo especial que transmite calidez y nostalgia. La ilusión que suele vivirse en esta época del año es el punto de conexión que buscan los espacios públicos por medio de sus decoraciones e iluminación que invitan a caminatas nocturnas espacios que anteriormente daban la sensación de inseguridad, una cena fuera de casa para salir de la rutina o disfrutar de un postre en negocios colindantes con esos espacios y hacer uso de las herramientas digitales como las redes sociales donde se es capaz de compartir una fotografía que genera diversas reacciones en los internautas que podrían convertirse en próximos visitantes.
Es así, como pequeños cambios en espacios de permanencia permiten a la sociedad crear conciencia social y de responsabilidad ecológica bajo la idea de repetir o crear nuevas experiencias. No es un trabajo que se crea de un día a otro o, a corto plazo, pero es un trabajo que se realiza desde varios puntos tanto a nivel gubernamental como a nivel social para que, los proyectos futuros que involucren nuevos espacios público se desarrollen de manera correcta y con espacios que permitan actividades de conexión social y no solo sea visto como una cuota urbana.