top of page
< Atrás

¡Qué malditos diputados ha mandado Arequipa!

Guido Vargas

16 de enero de 2024

Exclamaba Bolívar al apreciar a la férrea oposición arequipeña que frustraba sus planes imperiales, este 10 de diciembre se cumplió un año más de la ya extinta Academia Lauretana de Ciencias y Artes de Arequipa, importante institución del siglo XIX que dio apertura al debate de las ideas contemporáneas de la época.



Hacía Bolívar referencia a Javier de Luna Pizarro, presidente de la primera Asamblea Constituyente, al célebre cura Francisco de Paula Gonzáles Vigil y Evaristo Gómez Sánchez, los dos últimos  fundadores de la Academia Lauretana, la misma encomendada en su fundación a Nuestra Señora de Loreto, tuvo como principal función: “el adelantamiento de las ciencias y artes…” y “de mejorar la educación, científica, política y moral de la juventud (Ballón Lozada et al., 1999), claro que el alcance en un inicio solo fue provincial, pero su verdadero alcance fue nacional ya que las ideas debatidas en la “academia” alcanzarían la palestra del primer Congreso Constituyente y siguientes. 



La Academia se pronunciaría efusivamente aclarando el “No poder soportar el oprobio de una nueva esclavitud bajo el imperio de ninguna otra nación, ni de ningún hombre, aunque fuera el genio de la guerra y Libertador del mundo” (Ugarte, 1929), la oposición a Bolívar no podría ser considerada exclusiva de la Academia, sino que fue compartida con la Sociedad Patriótica, activos peruanistas liberales.



No es posible hablar de la Academia sin dejar de lado al Seminario de San Jerónimo, donde el obispo Chávez de la Rosa, el gran reformador de este, habría sembrado el bichito liberal al haber traído esos libros malditos desde España a la ciudad del Misti, Mariano Melgar habría sido un estudiante de este y de otros revolucionarios. A razón de ello, la iglesia habría mandado su cierre temporal.



Es innegable el aporte de la Academia ya que no hubiera sido posible sin ella una formación sólida de las ideas ilustradas y del modelo que se aspiraba a ser como estado, fue la Academia un bastión de la libertad académica, ya que en la misma se daban acalorados debates de toda índole no solo de política sino también de tópicos científicos y humanísticos, por ello es importante recordar su legado siendo el mismo al parecer recordado nostálgicamente por el Colegio de Abogados de Arequipa el único en recordar este acontecimiento, no dando la talla la publicación en la cuenta oficial de la institución.

Editado por 

Edición RH

bottom of page