La sustancia, una sangrienta sátira sobre la perfección femenina
Melany Artola
12 de octubre de 2024
Demi Moore y Margaret Qualley en La sustancia. (Foto: Sensacine)
Estéticamente deslumbrante en la superficie y exageradamente perturbadora en el interior. Esta semana llegó a la cartelera nacional La sustancia, un filme que combina el horror y la sátira para ofrecer una crítica ácida en contra de la obsesión por la juventud y la belleza.
Batalla interna
La sustancia cuenta la historia de Elisabeth Sparkle (Demi Moore), una exestrella de televisión que, tras años de éxito como presentadora de un popular programa de ejercicios, es repentinamente despedida debido a su edad. Desesperada por recuperar su juventud y relevancia, y luego de sufrir un accidente, recibe una propuesta secreta para disfrutar de una vida completamente diferente: un revolucionario tratamiento de división celular que es capaz de crear una versión más joven y perfecta de sí misma.
La dualidad de Elisabeth Sparkle. (Foto: Fuera de serie)
Las condiciones son claras; Sparkle debe pasar una semana en su cuerpo joven y otra en su cuerpo original. Aunque parece un acuerdo perfecto, a medida que la trama avanza, los efectos secundarios de este constante intercambio de identidades comienzan a manifestarse de formas grotescas y perturbadoras. Mientras que Elizabeth se aferra a la esperanza de recuperar su antigua gloria, Sue (Margaret Qualley), la versión más joven y atractiva, comienza a desarrollar su propia conciencia. Hasta que, irremediablemente, ambas llegan al colapso.
Aspectos técnicos
Margaret Qualley en La sustancia (Foto: Fuera de serie)
El mayor mérito de La sustancia, fuera de las memorables interpretaciones de Moore y Qualley, recae en su filmografía. El viaje que nos propone Benjamin Kračun a nivel fotográfico apuesta por colores saturados, vibrantes, sombras profundas, y una estética futurista que ratifica la naturaleza superficial y grotesca del universo que se plantea en la cinta.
Para reforzar la idea de este universo grotesco y dual (real/superficial), se usan planos contrapicados en los exteriores, especialmente cuando se desea representar grandeza. Por su parte, los planos generales son empleados para delinear los contextos de gloria y desafío. En cambio, se usan primerísimos primeros planos cuando el objetivo es detallar los cuerpos de Elisabeth y Sue, repasando una y otra vez los labios jugosos, los ojos brillantes, la piel satinada; en contraste, también se capturan las manchas, las ojeras, las arrugas y deformaciones.
Por otra parte, los escenarios y el diseño de producción estuvieron a cargo de Stanislas Reydellet, quien ejecuta bien esa atmósfera distópica en la que se envuelve el filme. Para finalizar, es imposible no mencionar el impecable trabajo de la banda sonora. Compuesta por Benjamin Stefansk, —conocido como Raffertie—, el diseño sonoro de La sustancia fusiona música electrónica con composiciones clásicas y logra capturar la esencia visceral y perturbadora de esta película de horror corporal.
Coralie Fargeat, la mente detrás de La Sustancia
Coralie Fargeat, directora de La sustancia (2024). (Foto: Esquire)
Coralie Fargeat, originaria de París, Francia, es una directora, guionista y cineasta que se formó en la reconocida escuela de cine La Fémis antes de comenzar su carrera en la industria. Su debut como directora llegó con el cortometraje Le Télégramme en 2003, pero ganó reconocimiento internacional con su primera película de larga duración, Revenge (2017), un thriller de acción y terror que revitalizó el subgénero conocido como “rape and revenge”.
Sin duda alguna, lo de Coralie Fargeat en La sustancia es genial. Pues no se queda solo en la comprensión y proyección de los desafíos femeninos; sino que hace un trabajo de dirección excelente y lleva más allá el horror corporal, desafiando al espectador a seguir mirando en lugar de esconderse, sentirse desdichado o incluso vomitar. Con su estética visual deslumbrante y una narrativa desafiante —aunque perturbadora—, no cabe duda de que La sustancia se posiciona como una de las películas más intrigantes del año.