La Zona de interés: el miedo inesperado

Desde el primer momento de “La zona de interés” –The Zone of interest–: una imagen negra sin sonido que genera rareza, así pues uno presume que será una experiencia única.

Con el trailer uno puede asumir el tópico del filme; no obstante, se requiere mirar la película completa para apreciar todos los juegos experimentales cinematográficos que se desarrollan.

Cabe mencionar que toda esta historia se basa en la novela de Matin Amis que relata la historia de una familia alemana se muda costado de un campo de concentración nazi ubicado en Auschwitz debido a obligaciones del padre de familia Rudolf Höss, comandante responsable de este campo de exterminio.

Un sonido aterrador

¿Qué tanto dice el sonido? "La Zona de interés" se esforzó no por escenificar torturas, maltratos, malvados, muertes directamente, sino por la vida cotidiana de una familia.

Por este motivo el espectador se incomoda o asusta, ya que se escuchan gritos de judios gritar de dolor, un disparo en medio de la noche, discusiones de los guardias. Nunca se ve que pasa, pero siempre se escucha.

Dentro de este mismo aspecto, existe un manejo ejemplar del silencio –contrario usual del sonido– que se evidencia en diversas escenas que generan expectativa o miedo sobre qué pasará.

Lo visual retrata lo cotidiano

En este largometraje visualmente la familia no es mostrada como malvada, solo se muestra su vida cotidiana. ¿Aunque qué tan cotidiana es la vida de una familia nazi? Esa es la magia de ‘La zona de interés’ que representa escenas siniestras –por breves segundos– como el lavado de botas con sangre, el humo de la chimenea del campo de concentración, cenizas empleadas como abono y más.

Con estos detalles, se puede comprender que la familia no percibe miedo o rareza por estos acontecimientos, al contrario para ellos es totalmente normal. Por este motivo, “la banalidad del mal” se ha atribuido a esta película.

El nazismo cotidiano de la Segunda Guerra Mundial

Si se retrata una familia nazi, evidentemente se comprobará su pensamiento cotidiano y más en una película como esta. Partir primero por el aspecto bélico y nacionalista, se refleja bien esto en conversaciones de los personajes o hasta en el mismo cargo que ocupa del padre de la familia.

Por otra parte, el antisemitismo se ve sobre todo en una escena: Rudolf lleva a sus hijos al río para jugar, al cabo de un rato se percata que en ese río hay dientes y craneos –desechos del campo de concentración–, automaticamente los lleva a su casa para banarños de la mugredad, no por ser restos de seres humanos, sino por ser de judios.

Sin lugar a dudas, una película que sí o sí deja que hablar. La cotidianidad de esta familia evidencia que la maldad se puede normalizar, ¿pasará esto ahora? El recordatorio de la Segunda Guerra Mundial dejó reflexiones y aprendizajes, pues si se desea pensar sobre ello ‘La zona de interés’ es una vía.