Hablar de política suscita roces con nuestros pares. Y cuando esto salta al deporte, en especial al fútbol, los partidos se convierten en, además del toque de un balón, un choque geopolítico.

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En el Mundial de Rusia 2018, un hecho pasó inadvertido. A pesar de las celebraciones y el griterío, el clamor humano no apagó lo que posteriormente iba a emerger en torno a un gesto peculiar. 

Aún es fase de grupos en el grupo E, compuesto por Brasil, Suiza, Serbia y Costa Rica. Los suizos sorprendieron con un empate frente al equipo sudamericano, mientras que Serbia derrotaría a Costa Rica. En la segunda fecha, los eslavos tenían que enfrentarse a Suiza y fue ahí cuando los nervios (y la posterior polémica) empezaron a ganar fuerza. 

Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri se nacionalizaron suizos. En realidad, sus orígenes se remontan a los pueblos eslavos y a la disuelta Yugoslavia. Ambos tienen raíces albanokosovares. Aunque Xhaka es suizo, por su padre él es de Yugoslavia. Shaqiri nació en la actual región de Kosovo. Las familias de ambos dejaron el territorio deteriorado por el conflicto bélico de finales del siglo XX. 

Kosovo es una región del actual país de Serbia con aspiraciones independentistas a tal punto que es reconocido por pocos estados. De mayoría étnica albanokosovar o simplemente albanos, mantiene una relación estrecha con Albania, su principal impulsor en materia diplomática para su independencia. Y esto ha calado en Serbia, incluso en el deporte rey.  

El pito del árbitro sonó en la ciudad de Kaliningrado. Serbia necesitaba una victoria para asegurarse su clasificación; Suiza necesitaba imponerse para llegar con vida a la última fecha. Los serbios se adelantaron con un gol de Mitrovic en apenas cinco minutos. Pero en el descuento, Xhaka y Shaqiri remontarían el encuentro. Como cualquier otro jugador, el festejo de cada uno coincidió en un ademán, símbolo del águila bicéfala, las manos entrecruzadas con los dedos extendidos y separados, donde los pulgares juntos formaban la cabeza del ave, animal nacional de Albania. Una convergencia que para el contrincante hacía que la remontada sea más estresante. Finalmente, el partido terminó 1-2 a favor de Suiza.

Esto ya había ocurrido en anteriores ocasiones. Pero existen algunos enfrentamientos impensables de ocurrir. Todas las instituciones deportivas consideran que los siguientes países no deben enfrentarse por sus historiales político, diplomático y hasta bélico que cargan. 

Kosovo

Como se indicó, la región de Kosovo no es un país reconocido a nivel internacional, pero posee su propia selección de fútbol y participa en los torneos de la UEFA. Por su particular situación, Serbia, Bosnia y Herzegovina y Rusia no pueden enfrentarse con ella. Está prohibido principalmente por la coyuntura con Serbia. 

Rusia – Ucrania

Ambas selecciones no solamente no pueden enfrentarse a nivel de selección, sino tampoco a nivel de clubes. Incluso en la UEFA Champions League, UEFA Europa League o la reciente UEFA Conference League, al realizar los sorteos de emparejamiento, se trata de evitar que clubes de ambos países lleguen a cruzarse.

España – Gibraltar 

El peñón al sur de la península ibérica también posee su propia selecció, pero está exenta de enfrentarse a los hispánicos debido a que ellos reclaman el territorio como suyo.

Armenia – Azerbaiyán

Estos dos países se encuentran en un punto álgido sobre su conflicto geopolítico. Ambas naciones caucásicas no pueden enfrentarse en ninguna competición oficial.

Si bien existen restricciones para que todos los encuentros mencionados no se den, la posibilidad de encontrarse en una fase eliminatoria no está descartada. Sin embargo, la calidad de las selecciones hace que dicho evento se vuelva prácticamente imposible.

Imagen: ESPN | Turquía y Armenia sí pueden ser rivales a pesar del historial de ambos con Azerbaiyán.