La última publicación del periodista y caricaturista arequipeño es una colección de sus mejores entrevistas periodísticas realizadas a diversas personalidades nacionales e internacionales pertenecientes al medio cultural.

La tradición del libro de entrevistas en el Perú es un fenómeno que, si bien ha tenido resultados interesantes, ha obtenido una recepción modesta en el público lector peruano. Algunos de los ejemplos más notables en nuestro medio han sido los títulos Cambio de palabras (1981) de César Hildebrandt, Peregrinos de la lengua (1997) de Alfredo Barnechea y Animales literarios (2008) de Alonso Rabí. Estos tres libros reúnen en su interior la visión aguda y certera de periodistas conocedores de la obra artística u oficio de sus entrevistados y logran, con preguntas concisas, develar aspectos que enriquecen la comprensión de personalidades que han otorgado aportes importantes a la humanidad.

Es en esta tradición donde la obra de Omar Zevallos (Arequipa, 1958) se hace meritoriamente de un espacio. Celebrado y premiado internacionalmente por su trabajo en la caricatura, fue —durante los años ochenta en adelante— un periodista notable, siendo editor en suplementos culturales de los diarios Correo y Expreso. De igual forma, ha publicado libros de investigación artística relevantes para su región, como Trazos y risas, los caricaturistas arequipeños (2010) y Los acuarelistas arequipeños 1840-1940 (2013). Durante el mes de octubre del 2023, bajo la dirección de la editorial independiente Memoria Casa Editorial, se publicó El arte de tragar sapos. Entrevistas y caricaturas, un libro que reúne una serie de entrevistas realizadas por el autor a figuras relevantes del campo intelectual, convergiendo en un mismo sitio —como si el libro fuera un punto de reunión cultural— escritores como Julio Ramón Ribeyro, José Ruiz Rosas, Karina Pacheco Medrano o Willard Díaz; editores como el legendario Juan Mejía Baca; historiadores enfocados en la sociedad arequipeña como Víctor Condori; artistas gráficos internacionales como el argentino Liniers o el ecuatoriano-chileno Alberto Mont;, el cineasta peruano más importante del siglo XX: Armando Robles Godoy; pintores como Alberto Quintanilla e incluso expertas en cocina y picanterías arequipeñas —Saida Villanueva— o en vulcanología —Luisa Macedo Franco—.  

Omar Zevallos (Fuente: La República)

En cada una de las entrevistas, Omar Zevallos hace uso de un gran despliegue de conocimientos sobre el oficio de su entrevistado, lo que le permite realizar preguntas que se hunden en los entresijos de la profesión e iluminar zonas que son desconocidas para el lector común, o incluso mostrar detalles que permiten comprender mejor el mecanismo de trabajo del entrevistado; sin embargo, también incluye preguntas dirigidas a escarbar la vida íntima de su interlocutor, como sus relaciones sentimentales, sus opiniones políticas o anécdotas que gravitan en torno a su trabajo, construyendo de esta manera sólidos retratos sobre personajes públicos que, en su mayoría, solo conocemos a partir de su obra. La primera entrevista del libro —realizada al escritor peruano Julio Ramón Ribeyro— es un notable ejemplo de esta metodología. En esta, Ribeyro reflexiona sobre su condición como escritor, sus obsesiones literarias —como la evocación al mar—, su paso como ciudadano parisino y el desarrollo de la literatura en la ciudad luz, para, finalmente, hablar sobre su relación con las mujeres. O la entrevista al mítico editor y gestor cultural peruano Juan Mejía Baca, quien no solo despliega sus opiniones sobre la cultura peruana o su trabajo como director de la Biblioteca Nacional, sino que también menciona anécdotas inéditas que vivió con escritores como José María Arguedas o Pablo Neruda. Debemos resaltar, de igual forma, que cada entrevista está acompañada con una caricatura del entrevistado, dibujadas por el propio Omar Zevallos y envueltas en la perfección que caracteriza su trabajo —el cual ha recibido premios en diversos países como Siria, Egipto, Japón, Bélgica, Cuba, entre otros—.

El arte de tragar sapos (2023) es un claro homenaje al oficio periodístico y a la existencia de artistas e intelectuales que, con su trabajo —además de mostrarnos un rostro distinto de la realidad— nutren nuestro espíritu mientras habitamos el espacio que nos tocó vivir en este mundo.