Desfinanciamiento cultural: Impacto de la presidencia de Javier Milei en la cultura
Ana Claudia Martinez Salazar
17 de setiembre de 2024
Representantes en el Festival de Cine de San Sebastián, protestan en contra de Javier Milei. (AFP/ Ander Gillenea)
Javier Milei ha significado un antes y un después para varios sectores de Argentina. Entre desfinanciamiento y transformaciones, el candidato de La Libertad Avanza ha buscado eliminar terrenos culturales, sociales y artísticos. Desde el comienzo de su candidatura, colocó en mesa políticas orientadas a reducir el rol del Estado en diversas esferas. Durante su candidatura, Milei utilizó una estrategia comunicacional para transmitir su perspectiva de un nuevo orden económico. En un acto cargado de simbolismo y polarización, y a la voz de una de las que pareciera una de sus palabras favoritas (¡afuera!), el representante de La Libertad Avanza quitaba de una pizarra carteles que representaban los ministerios de su país, con ello no solo pretendía comunicar el rechazo a este modelo político, sino también la intención de desmantelar el aparato estatal argentino tal como lo conocemos. Una de las esferas más golpeadas es la cultural, la cual se ha visto envuelta en una tendencia hacia la desregulación del sector. Donde se han priorizado ciertos criterios económicos sobre la función social que cumplen los medios y proyectos culturales dentro de la democracia.
Reforma de la política cultural y financiamiento
Como se ha recalcado, uno de los aspectos más álgidos del gobierno de Milei ha sido la reestructuración del financiamiento al sector cultura. La administración actual, en el marco de un plan de austeridad fiscal, ha implementado grandes recortes a los subsidios y apoyos previos a instituciones culturales. En este contexto, muchos teatros, museos y proyectos independientes están enfrentando una crisis de financiamiento, que, a su vez, está propiciando un clima de desencanto e incertidumbre entre artistas, activistas y promotores culturales.
Las políticas impulsadas por este gobierno han generado un fuerte impacto en este sector. Algunas de las acciones que se destacan por su efecto nocivo son el cierre de delegaciones y despidos en el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), el cual es un organismo que se encuentra dentro de la Jefatura del Gabinete de Ministros de la nación Argentina. El cual regula los procesos de integración tecnológica y establece algunas condiciones en el mercado, con el objetivo de brindar el acceso a servicios como la telefonía móvil, el internet, la radio y televisión al pueblo argentino. A esta intervención por el gobierno del líder libertario se suman otras medidas, como la derogación de partidas específicas o asignaciones de fondos para proyectos culturales, que también ha sido motivo de preocupación, puesto que complican el desarrollo de iniciativas culturales. Entre otra de mayores preocupaciones se encuentra el futuro incierto del Fondo de Fomento Concursable (FOMECA), el cual garantiza apoyo económico para las áreas de equipamiento y formación de sectores indígenas, comunitarios y de producción de contenido de radiodifusoras y productoras.
A su vez, la eliminación o reducción de fondos para organismos, como el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), amenaza directamente la capacidad de Argentina para seguir impulsando iniciativa en ámbitos como el cine, música y otras formas de expresión artística. Estas reformas, lejos de ser una modernización del sector, han debilitado el apoyo estatal a la creación cultural. Lo que deja a la industria cultural desprotegida frente a intereses de mercado y reduce las oportunidades de creación artística independiente, especialmente aquella que no se ajusta a los parámetros comerciales. De la misma manera, la derogación de leyes de protección de la actividad cultural, como la que garantizaba un precio único en la venta de libros, demuestra una visión económica restrictiva y alejada del reconocimiento de la cultura como derecho humano. Al condicionar la producción cultural a las reglas del mercado, se limita el acceso a la cultura, lo cual afecta particularmente a pequeñas editoriales, artistas emergentes y sectores más vulnerables de la población. Estas medidas no solo empobrecen el panorama cultural del país, sino que también privan a la ciudadanía de un acceso equitativo y democrático a las artes, generando mayor desigualdad en la producción y consumo de bienes culturales.
Manifestaciones en contra de los cambios establecidos por el gobierno de Javier Milei. (Mariano Sánchez)
Censura y controversias
En el mismo sentido de los recortes y desfinaciamientos expuestos anteriormente, han surgido una serie de controversias sobre la censura en la Argentina. Durante su mandato, Milei y quienes lo acompañan se han involucrado en la regulación de programas culturales y la diseminación de contenido. Varios artistas han acusado al ministro de un acto de censura encubierta y de controlar de maneras peligrosas la expresión de la libertad.
Impacto sobre diversidad cultural
La diversidad cultural se ha visto seriamente afectada. Los recortes presupuestarios, ya mencionados en el ámbito de la cultura, junto con las medidas que priorizan la comercialización sobre el fomento del arte independiente, han impactado de manera grave en la visibilidad y sostenibilidad de las expresiones culturales de Argentina. Las culturas populares, las manifestaciones indígenas, las producciones periféricas y las narrativas que no se adaptan a la lógica mercantil son las más perjudicadas; ya que tradicionalmente han dependido del apoyo estatal para tener acceso a recursos y plataformas. Estas manifestaciones culturales, que encarnan la multiplicidad de identidades del país, corren el riesgo de volverse invisibles, dejando espacio solo para producciones comerciales que atienden intereses privados y excluyen voces históricamente marginadas. Lamentablemente, las políticas adoptadas han llevado a una hegemonía cultural que empobrece los diversos matices que componen la cultura nacional.
Protestas en Argentina por recorte de gastos al cine nacional
(Revista Portafolio)
Conclusión
Las propuestas de reformas en el ámbito cultural representan un retraso preocupante para la diversidad y la accesibilidad democrática a la cultura en Argentina. Se debe tomar en cuenta, que la cultura no solo es un sector económico, sino también una herramienta fundamental para la construcción de identidades, la expresión de diferentes voces y la preservación de la historia de cada país. Por ello, los recortes en la financiación de instituciones y suspensiones en organismos como INCAA no solo limitan el desarrollo artístico, sino que también afectan directamente los derechos de las audiencias a disfrutar de una oferta cultural diversa y accesible. Es imperativo defender un modelo cultural que no esté condicionado por intereses económicos exclusivamente, ya que este debe promover la inclusión, el respeto por la pluralidad de voces y el acceso igualitario a la cultura para todos los sectores de la sociedad. Además, estos cambios propuestos parecen ignorar la importancia de preservar tradiciones artísticas y fomentar la creatividad de las próximas generaciones.