El país del mañana: una propuesta teatral para pensar el Perú actual
Pamela Vargas Arancibia
14 de enero de 2024
La puesta en escena cuestiona la clase política peruana desde los inicios de la República.
El 21 y 22 de diciembre se presentó formalmente en el teatro Roma la obra País del mañana, montaje del primer Elenco Profesional de la ENSAD. Dirigido por Ricardo Delgado, se trata de un proyecto de creación e investigación colectiva que invita al público a pensar el Perú desde sus problemas a partir de la pregunta: ¿cómo imaginamos un país del mañana?
La obra utiliza como eje a 7 pinturas para cuestionar la versión “oficial” del país, aquella versión “Promperú” de nuestra patria donde Machu Picchu, el pisco y el ceviche son los únicos elementos que nos hacen peruanos. Cada una de las imágenes mostradas a lo largo de la obra generan secuencias que, a través una mezcla entre la sátira, el drama y la corporalidad, desentrañan y denuncian aquellos problemas que a 200 años de nuestra independencia siguen vigentes: la corrupción, las brechas de género, la violencia sexual o el desdén por nuestra Amazonía y la población indígena. Destaca la aparición de Perú, país del mañana, pintura de Juan Javier Salazar que le da nombre al montaje y que, al igual que la puesta en escena, cuestiona aquellas promesas “del mañana” hechas por nuestros exgobernantes, promesas que se hacen desde inicios de la República, pero que nunca se llegaron a materializar.
Un recurso que otorga cohesión a esta propuesta es el uso de las máscaras de los Wayras o doctorcitos, personajes de las fiestas en honor a la Virgen del Carmen de la provincia de Paucartambo, Cuzco. Estas figuras parodian a abogados, autoridades y funcionarios estatales que ejercen el poder de manera abusiva; y ese es justamente el sentido que se les da también en esta obra. Aquí las máscaras no se toman únicamente como un elemento estético o performativo, sino que se conserva su lógica satírica. Este acercamiento conecta lenguajes escénicos que por mucho se creyeron extraños entre sí: el del teatro formal o “de sala” y el de las teatralidades presentes en fiestas y carnavales. Así, los cuatro doctorcitos —interpretados por Jazmín Labrín, Josué Cohello, Rafael Mena y Alba Castillo— transitan realidades heterogéneas, tomando recursos de variados contextos para cumplir con el propósito central de la obra: parodiar, criticar y reflexionar en torno al Perú.
País del mañana es, entonces, una obra necesaria para pensar nuestro país. Es una apuesta donde el actor asume su rol de ciudadano y que, bajo esa aproximación, reta al espectador a adoptar un rol activo frente a lo que se está dramatizando. El diálogo frontal que establece con los asistentes y el uso de recursos metadramáticos buscan incluir al público dentro del trabajo colectivo, y con esto, promover en ellos un impulso para tomar acción frente a nuestra realidad.