El mundo despide al papa Francisco en la plaza de San Pedro

Con sus últimas energías, Jorge Mario Bergoglio asistió al Domingo de resurrección en la galería superior de la Plaza San Pedro. A pesar del cansancio y el mal estado producido ante una pasada crisis de neumonía bilateral, presidió la bendición ante los fieles. Para sorpresa de sus asistentes, el papa tuvo deseos de pasear entre los peregrinos. Gracias a su reconocido transporte, el personal de confianza pudo cumplir el humilde capricho de Francisco. Pudo saludar a la multitud de cerca y abrazar a los creyentes. Sin embargo, el cansancio era evidente, estaba a punto de morir. Este milagroso acontecimiento dio origen a sus últimas palabras, dirigidas hacia su personal: “Gracias por haberme llevado a la plaza”. Atestigua su enfermero Massimiliano Strappetti, su ángel de la guarda. Finalmente fue a recostarse. Entró a su cuarto y se sumergió en un eterno descanso. Un ictus cerebral marcaría su deceso un lunes de pascua por la mañana. Cerrando la semana santa del 2025.

El papa Francisco fue sin duda aquella gran figura que se atrevió a romper moldes desde una posición de humildad. Fue aquel argentino que reformó la iglesia con un nuevo estilo de liderazgo. Desde su elección en el cargo, se negó a vestir la tradicional capa roja que se acostumbraba. Optó por su sotana blanca al dirigirse al mundo en su primer saludo. Siempre austero con su medalla de plata. Llegó a enfrentarse a las heridas internas de la iglesia y abrió sus puertas para todos. Puso a los pobres al centro siempre, tuvo una comprometida cercanía al poner en foco la dignidad humana. Amó y sirvió hasta donde le permitió el cuerpo. En sus últimas intervenciones, le comenzó a faltar el aire.

Incluso buscó simplificar lo que terminaría siendo su rito funerario. Tras 3 días de homenaje, donde miles de fieles tuvieron la oportunidad despedirlo en la Basílica de San Pedro, su único ataúd de madera (revestido de zinc) fue inevitablemente sellado. El triple ataúd tradicional le terminó sobrando un poco. El solemne funeral fue celebrado el pasado 26 de abril en la misma plaza que recorrió días antes con sus últimos destellos de vida.  El ataúd del papa latinoamericano fue cargado entre los cantos gregorianos y la calidez de más de 250 000 almas que atestiguaron su histórica despedida al compás de “In Paradisum”. Entre ellas, estuvieron presentes líderes mundiales como el presidente Donald Trump, Volodímir Zelenski, Javier Milei, Luiz Inácio Lula da Silva, Los reyes Felipe VI y Letizia, entre otros. Las campanadas de San Pedro darían el inicio y final del encuentro. Fue recibido en Roma entre aplausos y rosas blancas, dirigiéndose a su última parada, la Basílica de Santa María la Mayor. Como rezó su último deseo. El mundo se encuentra expectante ante el anuncio del próximo sucesor del Papa Francisco que, sin duda, dejó la vara alta.

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