La literatura escrita por mujeres encuentra en el Perú una aceptación y demanda más recurrente en la actualidad. Cuando se alude a libros que compendien la mayor cantidad de escritoras con un muestreo de su producción, serán las antologías las que desvelen parte de la poética de dichas intelectuales. La primera antología literaria escrita por mujer en el Perú fue editada por Sarina Helfgott en su ya célebre, y poco accesible, Cuento (1959) en el que reunió a un total de nueve escritoras: Carlota Carvallo, Sara María Larrabure, María Rosa Macedo, Magda Portal, María Wiesse, Katia Saks, Elena Portocarrero, Rosa María Rojas y Virginia Roca. Para este 2025 la antología que compendia a diversas voces seria Las mujeres en la poesía peruana (2024) cuya antologadora es Gloria Mendoza Borda.
A nivel cuzqueño, existe un proceso editorial que busca visibilizar y mapear las diversas expresiones narrativas. Ejemplos en este siglo son Halcones y serpientes (2005) de Mario Pantoja, Cusco. Antología de relatos (2015) de Carlos Sánchez Paz, Knock Out (2017) de Mario Ramos, Encuentro de tres narradores sicuaneños contemporáneos (2018) de Rony Bernaola y Literatura Cusqueña (2019) de Juan Alberto Osorio. Todas son apuestas loables, pero que no reúnen un corpus en donde el eje central será la escritura hecha por mujeres cusqueñas. Esto genera la interrogante: Si en las ediciones del siglo XXI ya ha habido esbozos de antologías escrita por mujeres ¿Esto se logró replicar en Cusco del siglo pasado? Mediante un rastreo de las diversas propuestas en las que se buscó “reunir a los mejores exponentes de la literatura cusqueña” notamos que poco o nada se ha hecho por visibilizar la literatura escrita por mujeres cuzqueñas del s. XX. en tanto sus textos en prosa. [1]
- 1. Compendios y panoramas de escritores cusqueños (1946 – 1949)
En pleno proceso de Primavera Democrática (1939 – 1948), Eulogio Tapia Olarte redacta Cinco grandes escritores cusqueños en la Literatura Peruana (1946) en el que se reúnen a distintos exponentes de las letras cusqueñas que son considerados, a su juicio, figuras insignes de la poética castellana. Así, en su lista, que es más un corpus de reseñas antes que la emisión expresa de parte de la escritura de cada intelectual antologado, se describen a escritores como el Inca Garcilaso de la Vega, el Lunarejo, Aréstegui, Clorinda y Ángel Vega. De acuerdo con Tapia (1946) hay un objetivo por el cual se hace este trabajo.
Hay que recordar a los ingenios que dejaron obras que perduran, y que despiertan la emoción del pasado; hay que valorizar las elegancias literarias de las obras, con el castellano, que desde la conquista se manifiesta rica y opulenta. (p. 5)
Para el autor estas figuras son parte del buen tino que la propuesta latinoamericana tiene por aportar a la lengua castellana. Dichas figuras permiten evocar un tiempo histórico que ya transcurrió y que ello crea imaginarios del cómo fue el país en su momento. Un hecho a resaltar es que solo se enfoca en las producciones de escritores españoles, esto implica un rechazo a la oralidad y versiones quechuas de intelectuales que manejan dichos códigos. Por otro lado, el sumario solo reseña a 5 escritores, de los cuales solo se alude a una mujer: Clorinda Matto de Turner.
Con el cese de un decenio democrático inicia un periodo en el que el Perú se inserta, nuevamente, dentro de los sistemas militares y es cuando Rubén Sueldo Guevara escribe Panorama actual de la literatura cusqueña (1949). En este trabajo el autor realiza una labor de reunión y mención de un total de 89 autores de los que no hace un análisis hermenéutico profundo de sus producciones, sino que revela esbozos inmediatos de quienes formaron parte de la narrativa castellana.
Al ofrecer este ensayo – el primero que en su género se hace en el Cusco-, creemos servir, por encima de cualquier otra consideración de orden afectivo o familiar, los auténticos intereses de la cultura, no solamente por la discriminación, quizá un poco apasionada de autores, pero sincera y justa en sus alcances, sino también porque queremos vencer tempranos olvidos o crasos desconocimientos de nuestra riqueza espiritual (…). (Sueldo, 1949, p. 5)
Este documento no presenta una extensión tan grande para la cantidad de escritores aludidos (el total del contenido es apenas 41 páginas), por lo que no es posible abordar a cada intelectual presentado en dicho panorama. Cabe destacar que la propuesta del autor es que dicho trabajo es un “ensayo” no tanto una redacción argumentativa sobre cada escritor, sino un experimento de alusión con la intención de visibilizar a quienes (de acuerdo a su óptica) son escritores que aportaron en la narrativa. Finalmente, de los 89 escritores “reseñados” solo hay una escritora: Clorinda Matto (nuevamente).

(Foto: Portadas originales de Cinco grandes escritores cusqueños en la Literatura Peruana (1946) y Panorama actual de la literatura cusqueña (1949))
- 2. Las antologías de escritores cusqueños: predominio de Sueldo Guevara (1958 – 1984)
Con los estudios desarrollados por Sueldo Guevara se inicia un periodo extenso en donde prima su concepción como antologador para la ciudad del Cusco. El nuevo texto que edita surge dentro del proceso del 2° gob. de Prado y Ugarteche en medio de “La Convivencia”. Al haber una mayor estabilidad social y política (el APRA ya no es perseguido por el Estado) es posible solidificar las propuestas estético-literarias del momento. Así, se publica Narradores cusqueños (1958) cuya primera edición fue hecha por la Editorial HG Rozas, la 2° edición es publicada por la Editorial Letras Peruanas (1967) y la Editorial Imprenta Avanzada (1984) reeditó una 3ra° edición. En este último número describe las problemáticas de las ediciones anteriores: da cuenta de una mayor bibliografía y la búsqueda por hablar de la escritura nueva del momento.
Hoy, hacemos esta tercera edición, revisada y actualizada, como el mejor homenaje a la tierra natal y como una convocatoria a los lectores para apreciar la orientación, características y frutos de un género ancestralmente cultivado y que forma parte de la literatura peruana. (Sueldo-Guevara, 1984, p. 5)
El antologador concibe la necesidad de dar a conocer la narrativa de la ciudad del Cusco por ser un producto poético de larga tradición. En su primera edición ya había integrado a Clorinda Matto, puesto que su Panorama actual de la literatura cusqueña (1949) la había descrito, pero es en la tercera edición en la que incluye a Alfonsina Barrionuevo (con sus dos cuentos «Se llamaba pajarito») y Emperatriz Escalante (con el texto de «La bruja buena»). De este modo, de los 24 autores escogidos, en la primera como en la segunda edición solo figura Clorinda Matto. Sin embargo, en la tercera edición de los años de 1984 encontramos a tres mujeres: Clorinda Matto, Alfonsina Barrionuevo y Emperatriz Escalante.

(Foto: Portadas originales de Narradores cusqueños (2° edición – 1967) y Narradores cusqueños (3° edición – 1984) )
- 3. Nuevas propuestas de antologías (1980 – 1984)
En la década de 1970 parece haber un silencio en tanto la divulgación compendiada de escritos realizados por intelectuales cusqueños. Es decir, sí hay producciones escritas individuales que se realizan en la localidad, mas no se observa edición alguna que brinde la diversidad de posturas creativas que se hacían en la época. Es más, Sueldo Guevara edita una tercera edición de su singular Narradores Cusqueños (1984), pero años antes una escritora abanquina busca revelar la producción cusqueña: Vilma Macedo Pérez. En 1980, en los inicios del Periodo del Conflicto Armado Interno en el Perú (1980 – 2000), escribe Antología del pensamiento literario y social del Cusco (1980) con la Editorial Cusco. En este nuevo corpus se hallan 8 intelectuales de los cuales no es que presente elementos de narrativa, sino que da cuenta de la producción ensayística de dichos personajes.
Simplemente deseo mostrar el proceso sucesional que ha seguido el ensayo social desde los albores de la colonia hasta nuestros días en el Cusco. Ello con un carácter marcadamente definido a fin de que el lector pudiera apreciar los diferentes planteamientos hechos sobre una misma problemática social-historia que ha preocupado a los autores cusqueños. (Macedo, 1980, p. 7)
Lo destacable de esta propuesta es que es la visión de una mujer insertándose en el campo editorial. En ese sentido, su propuesta se deslinda de la narrativa creativa para demostrar la conformación de una prosa ensayística y argumentativa. La editora no pretende brindar un análisis hermenéutico, retórico o narratológico de los escritos compendiados, lo que se observa es la transcripción original de cada uno de los intelectuales puestos en valor. Para este trabajo, la editorial reúne el escritor de Clorinda Matto titulado «Las obras del pensamiento en la América del Sur» de 1895. Este escrito es, básicamente, un glosario y reseña de las múltiples mujeres que formaron parte de la cultura y la intelectualidad nacional y latinoamericana. Lo único que resulta paradójico es que, de los 8 escritores, una vez más, solo hay una mujer: Clorinda Matto.
Por otro lado, paralelo a la publicación de la 3° edición de Narradores cusqueños (1984) se edita un libro cuya propuesta sale del canon literario de la prosa culta. Johnny Payne, con apoyo de la editorial del Centro Bartolomé de las Casas, publica Cuentos cusqueños (1984). Para este escrito, el antologador busca acercarse a la narrativa oral quechua aunando con sus respectivas traducciones al castellano. Los diversos escritos que se reúnen provienen de lugares disímiles del Cusco, así como también los narradores orales son personas que proceden del campo o de la clase media de la época.
En el caso de los narradores específicos de estos relatos, sería injusto decir que todos ellos han cultivado el español conscientemente por su valor económico o de prestigio. El bilingüismo aquí es ahora la regla, tan prevaleciente que ni se le ocurriría a la mayoría no hablar español con relativa fluidez. (Payne, 1984, p. XXV)
Payne comprende que la literatura de tradición oral contiene muchos componentes ricos en contenido, social, cultural, mítico, etc. Desestimar los saberes ancestrales sería un error, por lo que desdeña la continuidad de un escrito que compendie solo las narraciones escriturales occidentalizadas según la mirada quechua. En ese sentido, el compilador reúne a 11 narradores orales de los cuales 6 son mujeres (Teodora Paliza, Gloria Tamayo, Inés Gallalli, Juana Rosa Callo, María Laura Ugarte y Sara Vargas Mayorga). Si bien el proceso de compilación es realizado por un tercer sujeto letrado, se busca mantener la raigambre original del escrito.

(Foto: Portadas originales de Antología del pensamiento literario y social del Cusco (1980) y Cuentos cusqueños (1984) )
- 4. Las antologías de fines del siglo XX (1993 – 1998)
Tras la llegada del neoliberalismo al Perú, inicia un conjunto de propuestas en las que se busca apoyar a las nuevas voces narrativas, como también colocar en la palestra mejores estudios que evidencien el avance de las propuestas creativas literarias en el Cusco. Así, Ángel Avendaño reúne en sus tres tomos la Historia de la literatura del Qosqo (1993). Con la venia de quien fue el alcalde del Cusco en su momento, Daniel Estrada Pérez (1984 – 1995), y el editor Mario Guevara Paredes, Avendaño reúne un monumental trabajo que busca crear una periodización historiográfica de la literatura cuzqueña. Es en el III tomo en el que se plasma de forma expresa las propuestas creativas de cada autor antologado.
Los lectores encontrarán en esta Antología algunas deficiencias, ausencias, olvidos, tal vez pequeños desaciertos; ello es resultado de nuestra información y sensibilidad literaria, antes que consecuencia o corolario de mala voluntad. (Avendaño, 1993, p. 723)
El compilador reconoce que, posiblemente, se han destinado varios autores y que esto no es por algún tipo de resquemor o desavenencia, sino por la falta de accesibilidad a la información. De los 63 escritores reunidos son solamente 10 escritoras. estas pueden dividirse en las siguientes categorías: narradoras (Clorinda Matto, Clorinda Caller, Genara Elorrieta), en prosa periodística (Margarita Mendizábal y Alfonsina Barrionuevo) y lírica (Carmela Perea de Thompson, Rosa Rivero, Luchy Blanco, Ana Bertha Vizcarra y Gloria Mendoza). Se mantienen las figuras que Sueldo Guevara ya había compilado, mas se omite el trabajo de una de las hermanas Escalante. No obstante, al tamizar a las poetas solo nos quedamos con 5 escritoras.
A finales del siglo se realiza un evento muy singular: un Taller de Creación Literaria auspiciado por la Asociación Centro Cultural Cusco (ACCC). Durante siete meses (1997) se reunieron escritores tan diversos como Luis Nieto Degregori, Rosella Di Paolo, Enrique Planas, Oswaldo Chanove, etc. los que recibieron espacios de reflexión y de creación en torno a la Literatura. Así, Carlos Sánchez Paz edita Ángeles y demonios (1998) junto a la ACCC. Esta nueva propuesta textual trae al escenario voces narrativas no vistas con anterioridad. Si bien Payne (1984) había cuestionado el canon literario al considerar voces que manejan: a) la oralidad, b) son sujeto no letrado y c) disponen de la diglosia, es Sánchez quien provee de figuras no conocidas que son parte de: 1) la tradición escrita, b) personas de la clase media y c) sujetos urbanos.
Nuestra intención fue alterar -siquiera momentáneamente- el rígido eje centralista que determina el curso del trabajo creativo nacional. La evidente macrocefalia ya institucionalizada limita considerablemente la percepción de los signos vitales de nuestro pueblo y, sin duda, entorpece el amplio registro necesario para perfilar la singularidad de este viejo país. (Sánchez, 1998, p. 9)
En dicha antología no se encuentran reseñas o estudios críticos sobre cada trabajo. Lo que prima son los textos de cada autor. Se observan páginas enteras en donde las fotografías de los nuevos creadores son preponderantes. Del mismo modo, existen “biodatas poéticas” que cada autor realiza sobre sí mismo. De este modo, se observan un total de 10 escritores donde 6 son mujeres: Erika Díaz, Mitsy Gudiel, Ana María Milla, Carmen Silva, Dulia Villena Códova y Nataly Villena Vega. La diversidad que se halla en cada escrito resulta singular, puesto que no son solo narraciones circunscritas a una extensión convencional, también se manifiestan lo que en la actualidad la crítica literaria conoce como microrrelatos.

(Foto: Portadas originales de Ángeles y demonios (1998) y Historia de la literatura del Qosqo (1993) )
- 5. Balance y posibilidad
De acuerdo a nuestras métricas observamos, cronológicamente, cómo es que las propuestas escritas hechas por mujeres, en tanto el diseño de la prosa, es muy escasa. Los compiladores y editores han presentado una variada cantidad de figuras femeninas dentro del campo de las letras cusqueñas: Eulogio Tapia presenta un 20% de mujeres escritoras del total de su obra; Sueldo Guevara brinda un irrisorio 1.1% en su primer panorama y un 4.1% en su primera edición de antologías. Esto cambia con Vilma Macedo quien nos ofrece un 12.5% de escritoras del total de su obra. Para 1984 se observa un proceso de transformación, pues Sueldo Guevara, en su 3° edición, ofrece 12.5% de mujeres representadas, mientras que Payne ofrece un 54.5% de escritoras de su total del libro. En el caso de Avendaño, si bien se observa que solo el 15.8% son escritoras mujeres, se reduce ampliamente dicha estadística si solo consideramos a 5 de ellas por ser narradoras (esto implica un 7.9% del total de escritores antologados). Mientras que, en la propuesta de Sánchez Paz, la cantidad de escritoras mujeres son un 60% del total.

(Tabla 01: escritoras mujeres mencionadas en antologías)
Por otro lado, si solo nos enfocamos en la variabilidad de figuras femeninas que han aparecido en los textos como parte de sus poéticas en prosa, observamos que el crecimiento es muy variado. Desde 1946 – 1980 se observa una recta constante en donde solo hay una mujer escritora presente en cada antología. En cada caso, todas aluden a Clorinda Matto de Turner. Esto se incrementa en la 3° edición de Sueldo Guevara con un triple de cantidad de mujeres (Matto, Escalante y Barrionuevo). Ese mismo año se observa el doble de figuras femeninas en los textos de Payne (6 mujeres). Por el lado de Avendaño, si se considera la métrica en bruto, se tendría 10 escritoras, más al ser un análisis solo de prosistas se quedan en 5 escritoras. Paralelamente, Sánchez Paz, vuelve a retomar la cantidad de 6 escritoras creando una constante de crecimientos a finales del siglo XX.

(Tabla 02: línea de crecimiento de las escritoras presentes en antologías entre 1948 – 1998)
Esta recopilación de información nos permite entrever cómo es que la configuración de las antologías con representación de mujeres escritoras está bastante soterrada. No es posible determinar qué tipo de estéticas se han logrado desarrollar si solo se mantiene un número reducido de propuestas escriturales en la ciudad del Cusco. Si bien las antologías mencionadas al inicio ofrecen nuevas propuestas de creación cusqueña esto explica por qué cuando se suele preguntar a la población del lugar ¿Qué escritoras famosas del Cusco conocen? Pues su respuesta sea aludir a Clorinda Matto o mencionar, rápidamente, a Karina Pacheco, puesto que, con casi 100 años de compilación, no se haya hecho lo suficiente para conocer a las mujeres que escribieron en el siglo XX.
[1] Estamos omitiendo los textos de La novela indigenista (1935) de Alfredo Yépez Miranda, La novela en el Cusco (1994) de Julio Bernal y la Literatura cusqueña Contemporáneo (1984) editado por la Comisión de Redacción del Concejo Municipal del Cusco. Los dos primeros por tratarse de textos que, más que ser una antología, son estudios críticos de los autores cusqueños. Mientras que, en el caso del tercero, no se encontró recopilación alguna de escritos hecho por mujeres ni cuzqueñas u otras.
Bibliografía
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- Avendaño, A. (1993). Historia de la literatura del Qosqo – Tomo III. Editorial de la Municipal del Qosqo.
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- González Montes, A. (2000). Alberto Escobar y las antologías de la literatura peruana. Letras (Lima), 71(99-100), 19-30. https://doi.org/10.30920/letras.71.99-100.3
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- Macedo, V. (1980). Antología del pensamiento literario y social del Cusco. Editorial Cusco.
- Payne, J. (1984). Cuentos cusqueños. Editorial del Centro Bartolomé de las Casas.
- Tapia, O. (1946). Cinco grandes escritores cuzqueños en la Literatura Peruana. Editorial Cusco.
- Sueldo Guevara, R. (1949). Panorama actual de la literatura cusqueña. Editorial El comercio.
- Sueldo Guevara, R. (1958). Narradores cusqueños. Editorial HG Rozas.
- Sueldo Guevara, R. (1967). Narradores cusqueños. Editorial Letras Peruanas.
- Sueldo Guevara, R. (1984). Narradores cusqueños. Editorial Imprenta Avanzada.
- Sánchez, C. (1998). Ángeles y demonios. Editorial Asociación Centro Cultural Cusco.