Javier Heraud, el poeta que escribió sobre su patria con la vida

«Yo nunca me río de la muerte. Simplemente, sucede, que no tengo miedo de morir, entre pájaros y árboles».
— Javier Heraud, El río

En el marco del mes que conmemora la independencia del Perú, esta nota busca recuperar la vida y obra de uno de los poetas que más profundamente amó a su país. Javier Heraud, poeta y guerrillero, plasmó en su escritura un compromiso inquebrantable con la libertad y la justicia, y sembró en cada verso la esperanza de un Perú más digno e igualitario, ideal por el que entregó su vida a los apenas 21 años. En su poesía resuena una entrega total, no solo a la belleza de la tierra, sino también a su gente y a sus luchas, un testimonio que esta nota se propone revivir.

Javier Heraud nació el 19 de enero de 1942 en la ciudad de Miraflores, siendo el tercero de seis hermanos en el seno de una familia conformada por Jorge Heraud Cricet y Victoria Pérez Telleria. Desde muy joven, demostró una notable inteligencia y sensibilidad, cualidades que lo llevaron a ingresar en 1958, con el primer puesto, a la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Su vocación literaria, que ya se manifestaba desde la adolescencia, alcanzó mayor reconocimiento con la publicación de El río en 1960, dentro de la colección Cuadernos del Hontanar, dirigida por Luis Alberto Ratto y Javier Sologuren.

Tanto en este primer poemario como en El viaje (1961), se hacen visibles los temas más recurrentes de su obra, entre ellos su vínculo profundo con el Perú, no solo desde lo político, sino también desde lo geográfico, cultural y emocional. Especialmente en El viaje, inspirado en uno de sus recorridos por el país, la patria adquiere una presencia constante, ligada al paisaje y a la voz del pueblo. En sus versos, el territorio se convierte en una experiencia viva que transforma al poeta y lo convoca a hablar desde la pertenencia.

Sin embargo, he decidido traer aquí un poema distinto, que aparece como un texto suelto, recogido en la recopilación de la editorial PEISA. Palabra de guerrillero es uno de los poemas más comprometidos y fervorosos de Heraud. En él, el autor se entrega a su patria con devoción. Desde el primer verso, esta se presenta como una figura esplendorosa, cargada de dignidad y fuerza. La imagen proyecta una belleza profundamente ligada a un contexto de lucha y resistencia. Se plantea la entrega total, incluso de la propia vida, si ello permite abrir camino a un cambio necesario. Ese sacrificio se representa con una intensidad que trasciende lo individual y se inscribe en una voz colectiva, que invita al lector a reconocer y valorar lo “nuestro”: el cielo, la tierra, el mar y los pájaros.

Palabra de guerrillero

Porque mi patria es hermosa

como una espada en el aire,

y más grande ahora y aun

más hermosa todavía,

yo hablo y la defiendo

con mi vida.

No me importa lo que digan

los traidores,

hemos cerrado el pasado

con gruesas lágrimas de acero.

El cielo es nuestro,

nuestro pan de cada día,

hemos sembrado y cosechado

el trigo y la tierra,

y el trigo y la tierra

son nuestros,

y para siempre nos pertenecen

el mar,

las montañas y los pájaros. (Heraud, 1976, p. 151)

El último viaje de Javier Heraud fue a Cuba en 1962, tras obtener una beca para estudiar cinematografía. Allí, el contacto con jóvenes militantes y el ambiente de efervescencia política consolidaron aún más sus ideales revolucionarios y su mirada crítica sobre la realidad social del Perú. Las palabras de su poema “Palabra de guerrillero” dejaron de ser solo una declaración poética para convertirse en una convicción vital. Entendía que la transformación del país no podía limitarse al lenguaje: debía pasar también por la acción. Impulsado por el fervor de los movimientos revolucionarios latinoamericanos, Heraud decidió integrarse al Ejército de Liberación Nacional, una organización insurgente que buscaba iniciar un proceso de transformación en el país.

En 1963, regresó al país como parte de dicha agrupación, cruzando la selva peruana en un bote junto a un grupo de jóvenes. Sin embargo, su intento fue truncado cuando, en un confuso enfrentamiento con fuerzas policiales, fue abatido a orillas del río Madre de Dios, frente a Puerto Maldonado, a los tan solo 21 años de edad. Su vida y obra se entretejen en una sola trama de amor por la patria, sensibilidad artística y compromiso político. Desde sus primeros poemas inspirados en el paisaje y la gente del Perú hasta sus versos más radicales y militantes, su voz expresa una fidelidad inquebrantable hacia su país y su gente. Heraud representa a toda una generación que creyó en la fuerza transformadora de la poesía, que entendió que amar la patria también era atreverse a imaginarla distinta. Su legado, marcado por el amor a la patria manifestado en una lucha incansable, sigue resonando en la literatura peruana.


Bibliografía

Heraud, J. (1976). Poesía completa de Javier Heraud (C. D. Olivera et al., Eds.). PEISA.

Avatar de Mirella Villafane
Share via
Copy link