Al hablar de la poesía escrita por mujeres del siglo anterior en el Perú, rápidamente, se suelen evocar los escritos de las vanguardistas Magda Porta, Un esperanza i el mar (1927); Teresa María Llona, Encrucijadas (1938); las voces de la generación del 50 con Blanca Varela, Ese puerto existe (1959); la lírica de la década del 1960 con Carmen Luz Bejarano, Giramor (1961); la poética rebelde de 1970 de María Emilia Cornejo, «Soy la muchacha mala de la historia» (1973); en la década de los años ochenta a Carmen Ollé, Noches de adrenalina (1981) y la irreverencia lingüística de 1990 propuesta por Montserrat Álvarez, Zona Dark (1991). El canon literario ha establecido un corpus nutrido en verso para nuestro país, sin embargo, es de resaltar que la lírica de regiones, en tanto creaciones literarias escritas por mujeres, pasa muy desapercibida.
En la ciudad del Cusco se observó un movimiento fuerte de escritoras que buscaron otorgar su punto de vida a través de la ficcionalización. Así, dentro del periodo conocido como la generación del 50, también en Ciudad Imperial, destacó Julia A. de Reinaga. Ella fue de aquellas poetas que buscan develar su campo de creación publicando en los diarios El sol y El comercio del Cusco. En 1953, con prólogo del catedrático cusqueñista José Gabriel Cosio, logra compendiar sus poemas en el poemario Cristal. Esta propuesta de creación versal está compuesta por 19 poemas en donde la mayoría de estos exploran la subjetividad del locutor del poema tras atravesar por una ruptura amorosa en donde se evidencia nostalgia y la futuralgia.

Imagen mejorada de la poeta cuzqueña Julia A. de Reinaga
(foto: extraída del libro Cristal)
La nostalgia en los poemas «Nocturno» y «Penumbra»
Dentro de este corpus textual, existen tres poemas («Nocturno», «Penumbra» y «Días que pasan») que marcan un fenómeno in crescendo en el que la locutora del poema le habla a un alocutario no representado sobre los sentimientos de dolor que padece por haber perdido la posibilidad de mantener la relación. Es así que la voz del poema inicia un proceso constante de regresión al pasado para evocar todo aquello que fue vivido, es decir, presenta una mirada nostálgica en torno a su relación pretérita. En palabras de Quepons (2013), la nostalgia no es una simple tristeza “es una forma de melancolía con un regusto de cierta cualidad de agrado, con una inclinación a volverse en el recuerdo hacia un evento ´especial´ de nuestra vida” (Quepons, 2013, p.120).
En el poema «Nocturno» la locutora representada se halla admirando la noche. Describe cómo es que la oscuridad afecta a la flora del lugar, condiciona a los animales y permite admirar el espacio. En ese contexto, de modo intempestivo, se menciona cómo es que “llega tu recuerdo como un cisne que quiebra/ el cristal de mis ensueños/ y flota en mi pensamiento/ con el azahar de tu cariño” (Reinaga, 1953, p. 16). El verso inicial alude al empleo del símil (como) ya que compara el recuerdo con un ave que arremete contra la tranquilidad. Esta, sin embargo, no se trata de un pájaro ponzoñosos o desagradable, sino de un cisne (elemento que representa la belleza), por lo que se infiere que es una evocación súbita, pero hermosa y está en torno a la dicha que produjo el afecto recíproco entre la pareja.
En los versos de «Penumbra», nuevamente, la noche es el catalizador del quehacer mnémico, más se añade un cambio de estado emocional: el llanto. La locutora del poema, por medio de la noche, no puede dejar de sollozar por el impacto que le produjo en su yo la interacción con el ser amado: “Dejaste en mi vida una huella/profunda como un abismo de penas,” (Reinaga, 1953, p. 22). La voz del poema describe como su interioridad fue afectada, de tal modo, que ahora el pasado no solo es anhelado (como en «Nocturno»), sino que, también, se revela el dolor. Así, el carácter nostálgico con el que se marca la expresión no solo advierte el valor y la importancia de un evento preparado, también, despierta el deseo de revivirlo (Quepons, 2013) ante el sufrimiento que la carencia del otro provoca.
La futuralgia en «Días que pasan»
Como se observó en los poemas previos, la locutora del poema no busca regodearse en el pasado: ella sufre, pero no busca vivirlo como se vivió en aquel entonces, sino anhela resucitar las posibilidades que esa relación traía consigo. Es decir, cuando se suscita una ruptura no solo se vive una pérdida y un duelo por lo que fue, sino que también se experimenta una pérdida por lo que ya no es y nunca jamás podrá ser. Esto es lo que se llama futuralgia que en palabras de Farid Dieck (2021) se trata de “la tristeza melancólica por la pérdida inevitable de un futuro deseable” (7m50s). Así se manifiesta en los versos de «Días que pasan» cuando se menciona: “Tengo en mis manos una rosa salpicada de roció, / como estremecida por la brisa, / mientras gime la agonía de un imposible retorno” (Reinaga, 1953, p. 26).

La categoría de futuralgia es planteada en el libro de Farid Dieck publicado en el 2022.
Mediante un proceso de inclusión e implicancia, la locutora del poema fue relatando un acontecimiento del pasado en el que el júbilo fue su normalidad. Sin embargo, la ruptura remarcó el distanciamiento y el alocutario no representado no responde a sus lamentos, por lo que se entiende que no desea retornar con ella. Así se pierde un futuro posible. La voz del poema asumió la perpetuidad y se proyectó a un futuro con el alocutario, mas este no lo desea. Ella anhelaba una relación en donde las caricias, los abrazos y los besos sean el estado de equilibrio perenne en su existencia, en ese sentido, el futuro es un recurso estructurante en tanto era el modo de guía ideal para una vida plena. La voz femenina del poema ya había habilitado una realidad de corte romántico y funcional. Esto implica que el dolor no es solo por un hecho acontecido en donde ella vivía con regocijo, sino también por la inviabilidad de un sino el que él, que es su objeto de deseo, habría de ser la persona responsable de su felicidad lo que convierte estos poemas en un tránsito de la nostalgia a la futuralgia.
Bibliografía
- Aprendemos juntos Mex. (17 de abril del 2025). Farid Dieck: «Futuralgia, el dolor por un futuro arrebatado» [Archivo de Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=kcWwAonRDu0&t=1s&ab_channel=AprendemosjuntosMex
- De Reinaga, J. (1953). Cristal. [s.n.]
- Quepons, I. (2013). Nostalgia y anhelo. Contribución a su esclarecimiento fenomenológico. Revista de Filosofía Open Insight, 4 (5), pp. 117-145
- Farid Dieck. (18 de octubre del 2018). FUTURALGIA, una pena por el futuro perdido [Archivo de Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=T5NFzvrWzIs&ab_channel=FaridDieck
- Farid Dieck. (22 de noviembre del 2022). La tristeza por los futuros perdidos / LO ESENCIAL #29 – FARIDIECK [Archivo de Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=hwj01wxCIRU&ab_channel=FaridDieck
- Paniagua, C. (2010). Psicología de la nostalgia. Dendra médica. Revista de humanidades, 9 (1), pp. 39-48. https://www.dendramedica.es/revista/v9n1/psicologia_de_la_nostalgia.pdf
- Valdez, J., Aguila, Y., Torres, M., Castro, B., García, E., Sámano, A., Vélez, B., Vázquez, Y., & González, N. (2016). Nostalgia por la pareja. Acta de investigación psicológica, 6(2), pp. 2422-2429. https://doi.org/10.1016/j.aipprr.2016.06.005